El sentimiento nacionalista siempre convoca. Y aún quienes quieran pescar en ríos revueltos pueden hacerse pasar como si tuvieran buenos propósitos.
Es justo el reclamo de la sociedad para poner control a la inmigración ilegal y desordena. Pero tampoco la autorización de la marcha en Friusa exonera al Gobierno de la responsabilidad principal de este tema.
Era previsible como iba a terminar la iniciativa, por lo que era innecesaria e imprudente permitir que ocurriera. Las autoridades deben garantizar los derechos de los ciudadanos nacionales, pero igual de los extranjeros que permite que vivan en el territorio.
Este tema hay que enfrentarlo con mayor seriedad si queremos resultados convenientes.