EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Con un total de 312 personas presuntamente estafadas con una estafa inmobiliaria liderada por el empresario Enmanuel Rivera Ledesma, el juez Reymundo Antonio Mejía Zorrilla, el Primer Tribunal de la Instrucción del Distrito Nacional, dio apertura al juicio preliminar contra los involucrados.
La presunta red está acusada de estafar a más de 500 personas mediante falsos proyectos inmobiliarios, utilizando diversas maniobras fraudulentas para engañar a las víctimas.
Tras el magistrado rechazar varios incidentes planteados por distintas defensas, el Ministerio Público inició la lectura de la acusación.
Los demás imputados son: Mirna Catalina Rivera Ledesma, Juan Omar Rosario López, Reilin Arismendy Rosario García, Escarlet Mercedes Cruz Figueroa, María Gabriela Rivera y las empresas Indisarq, SRL y CRD Equipos Pesados, SRL.
Asimismo, Erick Joan Dorrejo Medina, Wilton Manuel Peralta Brito, Moisés Benjamín Castro Balbi y Franklin Benjamín Martínez Jokson.
Los imputados enfrentan cargos por estafa, falsificación de documentos, asociación de malhechores y lavado de activos, en violación de los artículos 265, 266, 405, 59, 60 y 147 del Código Penal Dominicano.
La investigación arrojó que la red criminal utilizaba las empresas Indisarq, SRL y CRD Equipos Pesados, SRL como instrumentos para ejecutar los fraudes, ofertando propiedades inexistentes en supuestos proyectos inmobiliarios.
Además, se constató que estas empresas no cumplieron con sus obligaciones fiscales ante la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), lo que constituye defraudación tributaria.
De acuerdo con la acusación, el monto aproximado de la estafa a las víctimas asciende a un monto superior de RD$235 millones de pesos y más de US$10 millones, dinero que debe ser resarcido en favor de las víctimas del presente proceso.
Durante la etapa preparatoria, el Ministerio Público logró incautar bienes muebles e inmuebles que fueron adquiridos con los fondos de las víctimas, tales como casas, apartamentos, vehículos y maquinaria pesada, además de detectarse que esos recursos fueron utilizados para cubrir gastos personales de los acusados.
La supuesta red fue desmantelada tras 25 allanamientos llevados a cabo en las provincias de San Cristóbal, Dajabón, Espaillat, Sánchez Ramírez y el Distrito Nacional, donde se incautaron múltiples propiedades y bienes pertenecientes a los acusados, quienes, según el expediente, llevaban un estilo de vida lujoso financiado con los fondos obtenidos de las víctimas.
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