Hagamos de la tragedia del Jet Set un punto de inflexión para que los procedimientos de seguridad tengan, sobre todo, sentidos preventivos. Es decir, evitar que las cosas ocurran o al menos que sucedan lo menos posible.
Iniciemos por lanzar un plan en que todas nuestras instalaciones, públicas y privadas, sean certificadas luego de una evaluación realizada por expertos en la materia de infraestructura y logística operativa.
Esas evaluaciones pueden ser pagadas por los propietarios de esos establecimientos como parte de su responsabilidad para operar en el territorio nacional.
Incluso esas informaciones deben ser de dominio público, colocadas de forma visible en las entradas de estos establecimientos.