Conmemoración del debut de Roberto Clemente. Foto MLB.com.
PITTSBURGH – Al revivir los momentos deportivos más grandes que han ocurrido en la ciudad de Pittsburgh, dos que están cerca de la cima de la lista son la Recepción Inmaculada y el hit número 3,000 del puertorriqueño Roberto Clemente. La primera es la jugada emblemática de la franquicia de los Acereros de fútbol americano, mientras que el doble de Clemente y su pose triunfal en la intermedia sea quizás la foto más icónica de los Piratas.
Los dos momentos sucedieron en el desaparecido Three Rivers Stadium y con menos de tres meses de diferencia en 1972, pero lo que los aficionados quizás no sabían es que las dos jugadas ocurrieron a pocos pies de distancia una de la otra. Ya existía un marcador para donde Franco Harris atrapó el pase desviado junto a los Gold Lots entre el PNC Park y el Acrisure Stadium. Ahora, hay marcadores para donde estaban la segunda base, el home plate y el montículo del lanzador en el legendario estadio.
La fecha del evento, 17 de abril, fue deliberada, marcando el 70mo aniversario del debut de Clemente en Grandes Ligas y su primer hit.
“El 17 de abril es un día de profundo significado para el béisbol y Pittsburgh”, expresó Lem Martin, coorganizador del evento. “El primer imparable de Roberto Clemente puso en marcha una carrera brillante, y el recuerdo de su hit 3,000 en esta misma ubicación nos conecta directamente con su historia”.
Martin, políticos locales y Matthew Craig, el CEO de la Asociación de Jóvenes Preservacionistas, ayudaron a encabezar el evento el jueves, con aficionados y el grupo local de la Sociedad para la Investigación del Béisbol Estadounidense (SABR) invitados a asistir. Docenas acudieron para conmemorar el día, compartir historias del Three Rivers Stadium y ofrecer un tributo a El Grande.
«Podemos celebrar la historia y el legado de los Piratas, los jugadores de los Piratas, la organización del equipo, los campeonatos y todo lo que sucedió en el Three Rivers Stadium. Creo que esos serán siempre días y recuerdos especiales para nosotros”, dijo el presidente del equipo de los Piratas, Travis Williams. “Estamos honrados de ser parte de esto hoy, y especialmente poder honrar el legado y la historia de Roberto Clemente y lo que él significa para Pittsburgh”.
La memoria y el legado de Clemente estuvieron en primer plano en el evento, pero fue una celebración total de la historia del béisbol en el Three Rivers Stadium. Ochenta y cuatro jugadores miembros del Salón de la Fama jugaron en ese estadio, si se incluye la Clase del 2025 (y al Pirata Dave Parker). Trece managers inomrtales enviaban señas desde los dugouts. Se lanzaron tres juegos sin hits ni carreras, incluyendo el más reciente de los Piratas, logrado por los mexicanos Francisco Córdova y Ricardo Rincón el 12 de julio de 1997.
Pero Clemente fue el protagonista de todo, y la Fundación Clemente está profundizando su inversión en Pittsburgh para ampliar su impacto en el área. Eso incluye expandir sus programas, con clínicas de béisbol juvenil y una cena de Legado Roberto Clemente, ambas programadas para este otoño.
Era imposible saber en abril de 1955 lo que Pittsburgh tenía por delante con el novato Clemente. Fue una selección de Regla 5, un completo desconocido. Se desarrollaría hasta convertirse en un jugador Salón de la Fama y uno de los más grandes humanitarios del deporte. Décadas después de su debut, su JMV, los campeonatos de Serie Mundial que trajo a la ciudad y más, su impacto todavía se siente en Pittsburgh, y ahora hay otro marcador de su carrera como jugador.
“Creo que mis padres nos sonríen desde arriba hoy, llenos de orgullo, amor y paz, porque Pittsburgh no sólo ganó un jugador en 1955. Ganó una leyenda”, dijo Roberto Clemente Jr. “Esa historia de amor nunca terminó. Todavía vive en todos nosotros».
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