lun. Mar 17th, 2025


Perdemos demasiadas personas por el desorden del tránsito y el nivel de violencia e indisciplina que se desprenden del grado de impunidad en que operamos como sociedad.

Llevamos ritmo adverso a las inversiones materiales que se hacen sobre el territorio nacional para tener más y mejores vías, sin que reaccionemos seriamente sobre ese inmenso problema con múltiples matices.

Nos cuesta en vidas humanas, en el sistema de salud, en la orfandad, en las lesiones temporales y permanentes. Y al final en la industria del dolor.

Hemos insistido en el valor del orden en una sociedad democrática. Los constantes desaguisados deslucen los progresos materiales y espirituales. Y no olvidemos eso, cada vez es peor.





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