Freddy y Abinader

Hace dos jueves reiteré “…si el presidente Abinader mantenía su acción contra la corrupción y hacía un gobierno decente, yo votaría por él en una posible reelección”.

Mucha gente no estuvo de acuerdo y entendió que significaba una claudicación a mis principios mantenidos toda mi vida en busca de una sociedad justa y libre de corrupción; uno de ellos fue mi amigo y colega Freddy Ferreras, que aunque uso términos duros como: “No, mi amigo José, no se ve bien que quieras justificar una repulsa de tus antiguos compañeros de partido, apoyando algo que, simplemente, es más de lo mismo”.

Prometí, al presentar integra la carta de Freddy: “El pasado jueves expresé mis razones fundamentales por las que entiendo debe ser reelecto el presidente Abinader.

Tengo muchas otras, pero las dejaré para el jueves que viene…”. No Freddy, no he claudicado a lo que creo mejor para nuestro país, lo hice por casi 40 años ininterrumpidos en tareas partidarias, 32 como dirigente importante en el PLD, cuatro de ellos en la casa de don Juan, y tampoco he ido como un tránsfuga a juramentarme al PRM, tampoco me anima el rencor para mi ex compañeros, a pesar de éstos haber demostrado, sobre todo los dos expresidentes, que son de lo peor de la naturaleza humana, pero ante el panorama actual entiendo que lo mejor es cerrarle el paso a la corrupción rampante, y la maldad que ellos representan, votando para desterrarlos para siempre del panorama político del país y que opciones sanas, como la que tú representas, puedan abrirse paso y construir una sociedad más justa, pero en estos momentos no hay ninguna posibilidad y Abinader encarna la decencia, la honestidad personal y la posibilidad de ceder a reclamos bien intencionados que le muestren una mejor manera de gobernar, y eso si representa, Freddy, “algo más que salud”.