Recientemente sostuve un encuentro con el Club de Lectores del Centro Educativo Marillac en mi condición de escritor, con motivo de la celebración del segundo aniversario de la fundación del club.
Lejos de ser una exposición que traté de orientar hacia el aspecto motivacional de la lectura y el valor práctico para cualquier ciudadano mantenerse informado y culturizado sobre los diversos aspectos de la vida, el encuentro devino pronto en un diálogo amplio entre el colectivo de estudiantes y el expositor. Cuáles fueron las principales fuentes que le ayudaron y motivaron a ser un escritor? Preguntaba una activa estudiante.
Para ser la primera pregunta, tenía la respuesta disponible sin dar muchas vueltas. Mi respuesta se centró en el descubrimiento de la biblioteca de un tío abuelo con una rica selección de títulos, autores de las postguerra; todos, sin excepción los representantes del Boom Latinoamericano, muy especialmente las obras del novelista cubano francés Alejo Carpentier me permitieron convertirme en un apasionado lector de historias muy auténticas y sentí en aquel entonces que descubrí la América del realismo mágico que retrataban varios autores.
La otra oportunidad o gran chance que me dió la vida fué ejercer como corrector de pruebas y a veces como redactor de El Nacional de Ahora en su época de oro, lo que me permitió compartir con periodistas con grandes valores y formación humana, como Orlando Martínez, Huchi Lora, Silvio Herasme, Rafael Calderón, Rafael Prestol y el gran líder de esa sala de redacción, Rafael Gómez Pepín.
Una oportunidad que la vida te dá sólo una vez, irrepetible
A seguidas me preguntaron, cuál había sido la obra con el que me sentía más identificado. En cada novela me sumergí en sus respectivos personajes y vivía cada día el accionar de cada actor, disfrutando sus aspiraciones y logros, sufiendo sus reveses. Cada libro representó una vivencia irrepetible desde el primero;Cuando los vientos.
Este resultó un triunfo muy especial, me demostré a mi mismo “que si podía construir escenarios, tramas, personajes llenos de vida..” Me llevaron por todos los rincones de mi actividad literaria. Tuve que exprimir mi memoria para hablarle de resultados en términos de lectoría de cada obra.
Fueron hábiles en preguntarme si llevaba al contenido de las obras aquellas personas malvadas que se atravesavan en mi diario vivir y aquellos héroes que uno admira e inciden en mi existencia. Se interesaron en saber el listado de mis obras preferidas. Y finalmente la que me sacó de mi círculo de dominio, fué el interés de saber quién era yo en las realidades presentadas. Todos los personajes que se identificaban con los mejores intereses y comulgaban con un futuro lleno de luces y conquistas.
Leer, leer.. descartar perder tiempo con llenarse el disco duro que tenemos cada uno en basuras, mediocridades y huyan “no repetirse” casi nunca con las mismas majaderías y sandeces. Fueron 41 minutos que pasaron como un destello, sintiéndose el guía de tantas almas nobles y triunfadoras. Gracias al Club de Lectores del Centro Educativo Marillac por la magnífica oportunidad de compartir. Estoy más que seguro que viviré en unos años la siguiente escena: Alguien me tocará en el hombro y me dirá, señor Despradel yo soy uno de los jóvenes que participó en su charla del Marillac y ahora soy…