lun. May 19th, 2025


Para quienes creían que su verdad era la única, la que todos deben repetir sin cuestionamientos y aceptar como realidad universal, están equivocados y se seguirán equivocando al no entender que la historia es una ciencia que al igual que las demás, sufre cambios en sus resultados.

La decisión apresurada de declarar héroes naciones a los implicados en el magnicidio del 30 de mayo del 1961 donde perdió la vida el gobernante Trujillo, a pocos meses de tan trascendente acontecimiento, es otra demostración de que el historiador no puede escribir conforme a su sentir o estado de ánimo. Hace falta que se cumpla la función social que en sí mismo encierra cada hecho.

Los investigadores dominicanos deben dejar la mala costumbre de escribir e inquirir para ellos, esto es, presentar su verdad como irrefutable, acabada y única. Sin detenerse a cumplir los principios de una ciencia que, como la historia maneja fuentes, coteja datos y presenta una conclusión hasta ese momento. Nada de manera definitivo porque no existe una verdad absoluta.

Con la desclasificación de los documentos de la CIA relativos a la muerte de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre del 1960, ha variado la retórica impuesta como verdad incondicional, y es que, al implicar en dicha tragedia los hermanos Antonio y Segundo Imbert Barrera, se despeja la responsabilidad única de Trujillo en tan horrendo hecho, pero también, modifica la visión que sobre los héroes nacionales nos han impuesto.

¿Qué otro documento pudiera desclasificar la CIA sobre la historia reciente de Republica Dominicana que pudiera variar la visión de algunos personajes nuestros? Sería prudente preguntarnos y no aferrarnos a la verdad pública, que muchas veces es impuesta por sectores de poder que necesitan ser vistos como dignos representantes de ideales nobles, necesitando para ello ocultar la verdad oficial.

Haciendo un buen ejercicio histórico, debemos estar abiertos a las variantes que pueda surgir sobre temas inconclusos que creímos haber cerrado: Que Caamaño es un héroe nacional, que Luperón es la primera espada de la Restauración, que Balaguer fue un dictador y que vivimos en democracia…

La historia no es un capítulo cerrado de nuestro pasado, es una ciencia que al igual que las demás cumple funciones que, por lo visto, no están del todo claro en la sociedad dominicana. Debemos estar abiertos a las variaciones que puedan venir en el futuro, sobre los hechos que han marcado nuestro pasado reciente, lo mismo que está sucediendo con Trujillo y la desclasificación de los documentos de la CIA.

Por: Florentino Paredes Reyes





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