Este concepto debemos redefinirlo en la política del Estado y en la cultura del colectivo. La seguridad ciudadana la enfocamos en raterismo, robos agravados y drogas y violencia.
Cada año perdemos más vidas humanas en el tránsito, en los colapsos de estructuras físicas, explosiones y carnavales.
Sobran los ejemplos. Veamos el Jet Set, explosión de San Cristóbal, colapso de una tienda en La Vega, el incendio del carnaval de Salcedo, el joven muerto en el carnaval de Santiago y el apuñalado en el de La Vega.
Los accidentes de tránsito son una historia particular. Carros y guaguas en pésimas condiciones cargando pasajeros. Los motoristas actuando de forma temeraria.
Todo eso es seguridad ciudadana.