Por Henry Zacarias
SANTO DOMINGO, República Dominicana, (16 de abril 2025).-El merengue dominicano está de luto, pero también de pie, honrando la memoria de una de sus voces más imponentes: Rubby Pérez. Con su partida el pasado 8 de abril de 2024, a los 69 años, no solo se apaga una voz prodigiosa, sino que se inmortaliza un legado que cruzó fronteras, emocionó corazones y levantó multitudes en los cinco continentes. Rubby no solo fue un icono del merengue: fue un artista completo, un hombre de profunda calidad humana, y un hermano de vida para muchos que compartieron escenarios y sueños junto a él.

Muchos se sorprenden al saber que Rubby Pérez era primo hermano del también legendario Benny Sadel, una de las grandes voces del merengue, y a su vez primo de Míchel El Buenón, figura emblemática de la salsa dominicana. Tres estilos distintos, tres potencias vocales y una misma sangre musical que parece haber sido bendecida por los dioses del ritmo.
La historia de Rubby es también la historia de su orquesta, de esos músicos fundadores que, más allá de la técnica, supieron construir una hermandad. Tony Rivas, corista y coreógrafo de impecable energía; José Cruz, con la güira que parecía latido del alma; Freddy Gerardo, alma del piano; y Marcos Carreras, con su saxo tenor que cortaba el aire con dulzura y poder. Cuatro pilares de una agrupación que marcó época, tanto en República Dominicana como en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.

Décadas después, en medio del dolor de su despedida, Tony y José cruzaron fronteras para rendirle homenaje. A su llegada, fueron recibidos por Marcos Carreras y el popular merenguero voz de cuchillo, Freddy Gerardo, quien a demás de ejecutante cuasi perfecto del piano es un excelente abogado, en un reencuentro cargado de lágrimas, abrazos y memorias. Porque Rubby no era solo el líder de una orquesta: era un hermano, un amigo, un hombre que sabía mirar a los ojos y sonreír con el alma. Su profesionalismo era tan impecable como su voz, pero fue su calidad humana la que realmente lo convirtió en leyenda.
“¡Ay, chichí!” —decía el pianista sanjuanero Freddy Gerardo entre risas, una expresión suya que hoy resuena como eco de su alegría en su música y que hacía reír constantemente al líder de la orquesta, Rubby Pérez. En medio del dolor, recordamos las giras, los ensayos interminables, las carcajadas en camerinos, los aplausos que parecían eternos. Su música —esa mezcla explosiva de merengue vibrante con alma caribeña— conquistó premios, llenó escenarios y se convirtió en himno de generaciones.
Rubby fue galardonado en Múltiples ocasiones, nominado a Premios Lo Nuestro, y aclamado por su interpretación de temas como Buscando tus besos , Enamorado de ella , y Volveré . Su capacidad para emocionar con la voz, para dirigir con respeto y para compartir desde el corazón, lo hicieron más que un artista: lo hicieron inmortal.
A pasos lentos, pero llegamos, Rubby. Y aquí estamos, diciéndote adiós con la misma fuerza con la que te aplaudimos en vida. Que tu voz siga sonando entre las estrellas, tan alto como brillaste aquí, en la tierra.
Nunca te olvidaremos.
Atentamente
Tony, José y
Fuente: TVCrónicas/CRONICA FM RADIO
Coordinan por Grupo Crónicas: Evangelina de los Santos y Helen M Terrero V