vie. Jun 6th, 2025


Por: Arlyn de la Cruz 

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Con más de tres décadas de labor en favor de los grupos vulnerables, el Proyecto Golondrinas, coordinado por Estefany Agüero, se consolida como una red de apoyo internacional que brinda servicios integrales de salud y acompañamiento psicosocial a personas en condiciones de movilidad, especialmente a trabajadoras y trabajadores sexuales.

Esta iniciativa tiene como objetivo garantizar que estas personas no pierdan el acceso a servicios esenciales de salud, como atención psicológica y tratamientos preventivos contra el VIH, sin importar si se encuentran dentro o fuera de su país de origen.

“Las chicas que ejercen y chicos que también ejercen lo que es el trabajo sexual se exponen a lo que es mucho riesgo ya sea de violencia, maltratos y demás”, explico Agüero.

La red del Proyecto Golondrinas cuenta con organizaciones aliadas en países como Colombia, Argentina, Ecuador, el Caribe Francés y, principalmente, en la República Dominicana, un país que suele funcionar como puente migratorio hacia otros destinos como Martinica o San Martín. 

Este fenómeno ha llevado a que muchas trabajadoras sexuales de origen venezolano, colombiano y haitiano se establezcan temporalmente en el país.

Durante los abordajes comunitarios, el equipo del proyecto se traslada a las zonas donde residen o laboran las trabajadoras sexuales. Muchas veces, las personas ocultan su actividad por temor o estigma, pero otras expresan abiertamente su intención de migrar para ejercer el oficio. En esos casos, se les ofrece el tratamiento de PREP, una terapia preexposición al VIH que permite prevenir el contagio.

Agüero informó que se han realizado pruebas a más de 50,000 mujeres, de las cuales alrededor de 4,000 dieron positivo al VIH, lo que representa cerca de un 8% de positividad.

Además de los servicios de salud, el Proyecto Golondrinas trabaja en conjunto con instituciones como el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de la Mujer, para intervenir en casas de citas y prostíbulos, y para brindar refugio y atención integral a mujeres víctimas de violencia doméstica o trata de personas, a través de casas de acogida.

“Hay trabajadoras sexuales que llevan años en la actividad y enfrentan una realidad de inseguridad constante en sus lugares de trabajo. Sus derechos son constantemente violentados”, agregó Agüero.




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