Acabo de ver una entrevista que le realizó la comunicadora Luz García al cantante y rapero dominicano Lápiz Conciente en su programa Noche de Luz, y confieso que salí gratamente impresionado.
En un género muchas veces subestimado, Lápiz respondió con una madurez, inteligencia y profundidad que no es común ver, ni siquiera en artistas de otros géneros.
Durante la conversación, Luz le hizo preguntas de fondo, y él respondió con seguridad, coherencia y contenido. Mencionó autores como Andrés Oppenheimer y Stefan Zweig, lo cual es en sí mismo una rareza en cantantes de su estilo.
Esto demuestra que no se trata solo de un cantautor urbano, sino de alguien en constante búsqueda de conocimiento.
Cuando Luz le pregunta si es rico, él responde: “La riqueza se mide en tiempo libre, y si es por tiempo… yo tengo de sobra. Pues, soy rico”.
Y cuando se le cuestiona si lo han lacerado, afirma con firmeza: “No, porque yo no soy tan débil así.
Una de las razones por las que soy quien soy es porque tengo una fortaleza mental increíble. Yo me amo, no me importa lo que piensen de mí.
Si a alguien le molesta el amor propio que me tengo, ese es su problema”.
Agrega algo que me pareció brillante: “Si yo no me amo, ¿cómo puedo amarte a ti?”, y remata con una frase poderosa: “No hay que ir a Harvard para entender eso”.
Y es que el amor propio es la mayor victoria que puede poseer un ser humano. No voy a generalizar, pero en este mundo cruel, lleno de mediocres envidiosos, no te valoran… te desacreditan.
En otra entrevista esta vez con Roberto Ángel Salcedo , Lápiz vuelve a dejar clara su filosofía. Robertico le pregunta si recuerda cuando era pobre, y Lápiz responde sin titubeos: “Todavía lo soy.”
Cuando Robertico, en tono sarcástico, le señala que lleva un reloj de 900 mil pesos en la muñeca el cual el camarógrafo enfoca , él le responde: “La riqueza no tiene que ver con lo material. Depende de cómo esté tu espíritu. Conozco personas que lo único que tienen es dinero.”
Robertico, en forma de burla, le dice: “Lápiz, eso yo lo he oído decir a mucha gente.”
Y Lápiz, mirándolo con firmeza, le contesta: “No critico al pobre porque de ahí vengo, y no critico al rico porque para allá voy”.
Estoy más que consciente de que muchos leerán este artículo, pero pocos lo analizarán en su justa dimensión. Es casi imposible que una persona que no ejerce el pensamiento crítico o no cultiva su intelecto pueda darle la razón, comprender o coincidir con quien sí lo hace.
Al parecer, El Lápiz activó su conciencia y está más que consciente de que manejarse como lo hace dar muy pocas entrevistas, andar solo y no ser parte del montón es lo más recomendable. Lo criticarán, dirán que está loco… como loco le dicen a todos los que, de una forma u otra, marcan la diferencia.
Y es que no se trata de superioridad, sino de niveles de conciencia. Como solemos decir: existen nivel… y existen niveles.
Felicito a Lápiz Conciente por su crecimiento personal y su constante búsqueda del saber. Cuando no hay base intelectual, no hay terreno común para el diálogo.
Tenemos que estar conscientes que eso genera rechazo, incomodidad e incluso burla hacia quien piensa con profundidad. Son dos mundos que simplemente no se conectan.
La vida…
Por Jeffrin G. Pacheco Reyes