mié. Jul 2nd, 2025


Foto: EFE/ Luis Torres.

EL NUEVO DIARIO, SAN CRISTÓBAL DE LA CASA.- «Nos trataron como si fuésemos asesinos», dos migrantes indígenas tzotziles originarios de San Juan Chamula (Chiapas, sur de México), Benjamín López y su hijo Carlos, relataron este martes a EFE el trato recibido por parte de las autoridades de Estados Unidos tras ser detenidos y deportados en una redada migratoria.

“Estábamos trabajando, cortando verdura como todos los días, cuando rodearon el restaurante. Nos trataron como si fuéramos asesinos. Nos esposaron de manos, pies y cintura. No hubo golpes, pero a algunos compañeros sí los tiraron al suelo”, explicó Benjamín en una entrevista ya en suelo mexicano, en el sureño estado de Chiapas.

Tanto Benjamín como su hijo Carlos fueron detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante una redada ocurrida la semana pasada en un restaurante mexicano en Pittsburgh (Pensilvania)

Carlos, consternado aún por lo sucedido, recordó cómo una agente subió al techo donde intentaron esconderse y les apuntó con un arma.

“‘¡Manos arriba, cabrones!’, nos gritó. En ese momento sentí miedo. Solo pensé en mi familia. Yo apenas llevaba tres meses allá, buscando una oportunidad”, explicó al señalar que, pese a estar en proceso de asilo, las autoridades no le permitieron argumentarlo antes de ser deportado.

Ambos migrantes denunciaron el trato inhumano y discriminatorio.

“Nos vieron como delincuentes, cuando solo queremos trabajar.(El presidente estadounidense) Donald Trump no tiene compasión por los mexicanos. Dice que somos el problema, pero somos quienes construimos Estados Unidos”, expresó Benjamín, quien estuvo dos años y siete meses en EE. UU. trabajando en construcción y cocina.

La deportación fue rápida y sin posibilidad de defensa legal. “Te preguntan por qué vienes, te dicen que México está bien, pero eso no paga la renta ni alimenta a tus hijos”, dijo Benjamín.

Para poder quedarse unos días más, el Servicio de Migración y Control de Aduana exigía hasta 10.000 dólares. “No pude pagar, no tuve opción más que volver con las manos vacías y la ropa del trabajo”.

«Mis sueños quedaron allá»

Los migrantes chiapanecos fueron trasladados por vía aérea desde Pittsburgh (noreste de EEUU) hasta Ciudad Juárez (norte de México).

“Nos dieron tres vuelos, luego 100 dólares para llegar a San Cristóbal (en Chiapas). Nada más. Mis sueños quedaron allá”, confesó Benjamín, quien deseaba construir una casa para su familia de nueve integrantes.

Carlos, quien abandonó la secundaria para viajar con su padre, dijo que al llegar a México solo les dieron una tarjeta con 2.000 pesos (100 dólares) del programa Bienestar, creado por el gobierno mexicano para ayudar sus connacionales deportados0

“No alcanza ni para los boletos. No hay oportunidades aquí. Solo queremos trabajo. Yo no quería estudiar quiero trabajar”, comentó el menor de edad.

Ambos coincidieron en que Estados Unidos representa una esperanza, pero también un sistema hostil, especialmente bajo las duras políticas migratorias impulsadas por Trump.

“A los verdaderos criminales no los buscan así. Nosotros no le hicimos daño a nadie”, lamentó Benjamín.

En su testimonio, pidió a las autoridades mexicanas más apoyo para los migrantes retornados.

“Terminé de pagar 25.000 dólares de deuda para llegar allá. Ahora vuelvo sin nada. El gobierno de México que ayuden a los que no logramos cumplir el sueño, somos trabajadores, no criminales», concluyó.

Desde el 20 de enero, día de la toma de posesión de Trump, México ha recibido 65.475 personas, de las cuales 59.747 son mexicanos y 5.728 extranjeros, según cifras oficiales.

El mandatario estadounidense busca acelerar las deportaciones y detenciones para cumplir con su promesa de campaña de expulsar a los más de 11 millones de migrantes indocumentados que viven en el país.

El pasado mes, las redadas migratorias en Los Ángeles (California), la ciudad con la mayor comunidad de mexicanos fuera del país, provocaron manifestaciones contras las autoridades y una ola de protestas en todo Estados Unidos, a las que la Casa Blanca respondió con el envío de miembros de la Guardia Nacional.




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