jue. Jun 19th, 2025


EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- De acuerdo con el vicepresidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Mario Pujols, hablar de la mecanización en el sector agroindustrial es un tanto difícil, pues existen especialidades técnicas que ameritan un personal entrenado. 

Durante una entrevista en el Podcast de El Nuevo Diario conducida por Persio Maldonado, Ana Mercy Otañez, Abigail Díaz y Roger Figueroa, Pujols manifestó que en el caso específico de la industria del cacao, la mecanización es difícil, pues se utilizan unos puntos especiales de corte paras evitar daños a la producción. 

“En el caso específico del cacao, es un poco difícil y complejo (…) al momento de cortar la semilla de cacao o el grano del cacao, es con un machete especial y con un corte delicado de parte de un técnico, un empleado que ha sido debidamente capacitado para eso”, sostuvo.

Debido a eso, entiende que se han realizado declaraciones públicas para ir aplicando la mecanización en la República Dominicana, a los fines de depender menos de la mano de obra extranjera, planteamiento en las que el sector no ha sido parte del debate. 

Mario Pujols, vicepresidente de la AIRD, acompañado de Persio Maldonado Sánchez, director general de El Nuevo Diario, y los periodistas Roger Figueroa, Ana Mercy Otáñez y Abigaíl Díaz | Foto: Félix Lara

Sin embargo, Mario Pujols dejó claro que desde la AIRD respaldan las medidas adoptadas por el Gobierno para controlar y regular la inmigración irregular en la República Dominicana. 

En ese tenor, dejó claro que como sector siempre han abogado por una aplicación real del famoso 80/20 que establece el Código Laboral dominicano, reconociendo que una gran cantidad de las labores de extranjeros en la República Dominicana está compuesta por haitianos, pero en las industrias locales esa mano de obra está debidamente regulada. 

Etiquetado 

En otro orden, Mario Pujols se quejó de que existan exigencias para la industria local en el cumplimiento del etiquetado, de frente y legible, mientras la producción importada llega con una etiqueta complementaria sin importar en qué lugar del producto se aplique. 

Entiende que las autoridades dominicanas deben exigir que esa etiqueta se coloque en sus fábricas de origen, para que “venga nítida” al país, tal y como se les exige a los locales. 




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