No deja de ser extraño la designación de Magín J. Díaz como nuevo ministro de Hacienda por el presidente Luis Abinader. Sin embargo, pudiera implicar que el mandatario entienda que necesita un manejo más flexible y ágil de las finanzas públicas para dinamizar la economía.
El designado es un economista con experiencia de Estado y dirigió la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), una de las fuentes esenciales de recaudación económica del gobierno.
En la gestión pública se requiere creatividad e ingenio para procurar respuestas a los constantes desafíos que implica la gobernanza. El país necesita que esta administración termine bien y lo requiere el propio partido de gobierno.
Sobre todo, porque cuando a un gobierno le va mal, al país le va peor. Por eso, debemos apostar a que al gobierno le vaya bien. Y porque el presidente Abinader ha trabajado intensamente por impulsar al país.
Si esto es parte del acercamiento del gobierno con la oposición, qué bueno que pudiera ser así. Al final lo que importa es el país. Y la coloración será en base a los resultados conseguidos.