Hace unos días cumplí años y tenía la duda de si celebraba la vida o no, porque estaba pensando en las pérdidas de 2024. Al final, terminé haciendo un compartir con familiares y amigos porque pensé: “la vida es un lujo”. ¡Un gran lujo!
Humanamente, nos centramos en las cosas que hemos perdido, y no en las ganancias obtenidas. Decidí celebrar el privilegio de estar viva, gozar de buena salud, tener un hijo sano, una familia y amigos que son espejos que me aman, cuando incluso yo no lo hago. De hecho, si cuento todo lo que Dios me ha regalado, este escrito no tendría fin.
Comparto con ustedes una reflexión sobre la vida a propósito de mi cumpleaños, que dice; me he lanzado a la vida, de mi esencia salvaje he caído y también me he levantado. Celebro la magia de lo que ha traído la madurez, consciente de que aún tengo mucho que aprender. La vida ha tenido preparada las respuestas, ante los errores que he cometido y he de cometer.
La vida ha trazado los caminos que he de recorrer. La vida es esta, lo que sucede día a día, la vida es ganancia, otras aprendizaje, la clave es aceptar lo que es.
En esta vida he derrumbado muchos muros, algunos imaginarios
para celebrar gratamente que, la vida es un lujo. ¡Un gran lujo!
Queridos lectores, como dice (Filipenses 4:4): «Gozaos en el Señor siempre. Lo repito: ¡Gozaos!
Por Evelin Peguero