lun. Jun 9th, 2025


@saddlerucarolina     Carolinasaddler@gmail.com

Entre mediados del 2022 hasta los últimos meses del 2024, la mayoría de las personas estábamos casi seguros de que Ucrania, liderada por Volodymyr Zelensky, ganaría la guerra contra Rusia.

Sin embargo, en los últimos meses hemos visto con asombro como el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha atacado públicamente al ucraniano diciendo que Kyiv fue “quien inició la guerra”, y que «pudo haber llegado a un acuerdo» para evitarla, cosa duramente criticada, pues la realidad es que fue Rusia que inició una invasión a gran escala en febrero del 2022.

A pesar de que la guerra entre Ucrania y Rusia ha sido un conflicto complejo y devastador, y la gran disparidad entre los recursos y el tamaño de los ejércitos involucrados, desde el inicio existieron razones que entendíamos podrían favorecer a Ucrania.

Un ejemplo de ello ha sido la resiliencia del pueblo ucraniano, y la capacidad estratégica con la que Kiev ha respondido a cada decisión de los rusos.

Es innegable que la invasión rusa despertó un fuerte sentido de unidad nacional entre los ucranianos, ya que desató una respuesta de defensa militar, además del surgimiento de un espíritu de resistencia en todos los sectores de esa sociedad europea.

Las fuerzas armadas ucranianas no solo luchan por su territorio, sino por su independencia, identidad y futuro como pueblo europeo, motivación que ha sido un factor determinante en su capacidad para resistir y repeler los ataques rusos.

La guerra generó una inmensa solidaridad internacional, con millones de personas alrededor del mundo apoyando la causa ucraniana. Desde protestas y recaudaciones de fondos hasta el apoyo directo a los refugiados ucranianos, lo que ha reforzado el ánimo y la moral del pueblo ucraniano.

La lucha de Ucrania se ha convertido en un símbolo global de resistencia a la agresión y la defensa de los valores democráticos, lo que puede ejercer presión adicional sobre Rusia para negociar con el país de Europa del Este.

Ucrania recibió un apoyo, a nivel internacional, básicamente sin ningún tipo de precedentes, tanto en términos de suministros militares como de sanciones económicas contra Rusia.

Los países occidentales, liderados por Estados Unidos, y seguidos por la Unión Europea, proporcionaron a Ucrania armas avanzadas, inteligencia estratégica, entrenamiento militar y ayuda económica, lo que, hasta cierto punto, ha nivelado el campo de batalla.

Los aliados de Ucrania le han brindado las herramientas necesarias para hacer frente a un ejército mucho mayor y mejor equipado y, sobre todo, le han permitido a Zelensky enfrentarse “directamente” a un líder del calibre de Vladimir Putin.

No podemos negar que las fuerzas ucranianas han demostrado una gran capacidad para adaptarse y ser innovadoras en el campo de batalla. Desde el uso de drones y armas de precisión hasta la implementación de tácticas de guerra irregulares, manifestando así, gran habilidad para explotar las debilidades de las fuerzas rusas.

Los ucranianos se han vuelto más profesionales con el tiempo, lo que les ha permitido tomar decisiones tácticas inteligentes, como la defensa de ciudades clave y el uso de la guerra en espacios abiertos.

No obstante, es innegable que Ucrania no ganará la guerra.

A este punto lo esperado es que, las partes, puedan llegar a un acuerdo. Sin embargo, y a pesar de que esta semana se ha anunciado el intercambio de todos los prisioneros de guerra menores de 25 años, enfermos y gravemente heridos, ambas naciones continúan en pie de guerra.

Hasta ahora no hay indicios de un posible encuentro entre Zelensky y Putin.

Aunque ha habido conversaciones entre delegaciones de los dos países, ambas partes siguen, extremadamente, divididas sobre cómo poner fin a la guerra, y peor aún, no se vislumbran temas a ceder, ni el cuándo, y tampoco un cómo.

Si bien se esperan más negociaciones, no se ha especificado una fecha específica para que los representantes de ambos pueblos se reúnan.

El conflicto es complicado, por lo que una simple solución no tendrá.

Ucrania, debe aceptar que un triunfo total no parece ser posible, aunque pueda obtener ciertas victorias. Al final se trata de buscar una solución que brinde paz, soberanía y una vida normal para los ucranianos.

Algunas de las propuestas no serán viables, mientras que otras pudiesen ser consideradas, lo que es normal en cualquier tipo de negociación.

Habrá reveses inevitables, desconfianza, miedos y dudas, pero negociar en busca de un acuerdo es mejor que una guerra interminable.

Aunque la guerra sigue siendo un tremendo desafío para Ucrania, las razones que respaldan su capacidad de obtener ciertas victorias incluyen una combinación de motivación interna, apoyo internacional, innovaciones tácticas, y debilidades internas en Rusia.

Si bien el conflicto aún está lejos de terminar, las tendencias actuales y las condiciones geopolíticas podrían llevar a una “victoria” condicional para Ucrania, derivada de intensas negociaciones.





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