vie. Jun 20th, 2025


La IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños) conmemora el décimo aniversario del lanzamiento de la iniciativa que busca la cooperación Sur-Sur bajo premisas como el respeto mutuo, la construcción de un destino compartido de la humanidad y beneficios igualitarios para todos, alejándose de los esquemas propios del capitalismo salvaje que, hasta hace unos años, dominaban el escenario geopolítico y geoeconómico mundial.

Es precisamente en estos últimos diez años que la relación birregional entre América Latina, el Caribe y el gigante asiático ha experimentado un crecimiento significativo, consolidándose como un pilar fundamental para la cooperación internacional basada en aspectos del derecho internacional más idealistas que buscan colocar al ser humano como centro de las políticas públicas y no así a las ambiciones desmedidas de los dueños de los grandes capitales que amasan fortunas para unos pocos. Esta IV Reunión Ministerial del Foro China–CELAC, celebrada en Beijing el 13 de mayo, y que tuvo como eje central la temática «Planificando juntos el desarrollo y la revitalización, construyendo conjuntamente una comunidad China-ALC con un futuro compartido» reafirmó esta tendencia, destacando la relevancia de la cooperación Sur-Sur como estrategia para afrontar los desafíos globales que nos son comunes y promoviendo el desarrollo equitativo, justo y sostenible en el devenir del tiempo.

Esta plataforma de diálogo, ha impulsado, desde enero de 2015, la colaboración en áreas clave para el desarrollo pleno de los pueblos latinoamericanos y caribeños como el intercambio comercial, infraestructura, conectividad, innovación, transición energética. En tal sentido, y para que tengamos una idea de lo planteado con anterioridad, el intercambio comercial entre China, Latinoamérica y el Caribe, experimentó un crecimiento de un 6% en 2024 lo que equivale a 518.467 millones de dólares. En ese orden, es importante apuntalar que China se ha convertido en el destino de exportaciones de Chile, Brasil, Uruguay, Panamá y Perú; y en un socio fundamental, a través de las importaciones, de Bolivia, Ecuador, Colombia, Argentina, Chile, Brasil, Perú y Paraguay.

En términos de inversión en materia de infraestructura el país del dragón está detrás de la construcción de grandes proyectos como el Mega Puerto de Chancay en Perú que busca convertir a este país en un importante centro logístico en la región del Pacífico. Por igual, en las zonas de la Amazonia y la Patagonia realizan obras como represas, plantas de energía hidroeléctrica y energía nuclear de última generación. Además, instalan miles de kilómetros de vías férreas con la intención de que se reduzcan los costos por transporte de carga, se interconecten rutas comerciales y poblaciones de zonas alejadas en Venezuela, Perú y Brasil tengan facilidad de movilidad.

En países como Nicaragua, Honduras y El Salvador, China invierte en la creación de sistemas de respuesta a emergencias, construcción de aeropuertos, instalación de tecnología de última generación y el acompañamiento en la extracción de recursos naturales de origen mineral.

El recorrido por lo que han sido estos diez años de relaciones birregionales para matizar que la cumbre China-CELAC, en la que se dieron cita mandatarios como Lula da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric de Brasil, Colombia y Chile, respectivamente, y representantes de más de 30 países de la región latinoamericana y caribeña, ratifica la voluntad de ambas regiones de fortalecer los lazos económicos y políticos.

El presidente Xi Jinping en este contexto anunció la disponibilidad de casi 10,000 millones de dólares en líneas de crédito, con el objetivo de apoyar proyectos de desarrollo, infraestructura y comercio, una muestra de que China intensificará su presencia en América Latina en los próximos años y con este fortalecimiento de la cooperación multilateral bajo la sombrilla de la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda se busca potenciar la conectividad y el comercio birregional. En este sentido, se reiteró el interés en proyectos de interconexión eléctrica, energías renovables y la integración comercial, alineados con las prioridades de China y los países que se adhieran a la iniciativa antes señalada.

Además, se hace imperativo mencionar que, en un contexto global marcado por las crecientes tensiones geopolíticas, esta postura refleja la necesidad de fortalecer los vínculos entre las naciones del sur global como una vía para reducir la dependencia de bloques hegemónicos y promover un orden internacional más democrático y justo tal como planteaba el señor Manolo Pichardo hace unos años, al afirmar que esta cooperación Sur-Sur es una apuesta acertada y que en ella se encuentra el futuro del planeta.

Otro aspecto fundamental abordado en esta cumbre de alto nivel es la crisis que impera en el sistema internacional y el resquebrajamiento de las instituciones globales de gobernanza, como el Consejo de Seguridad de la ONU y el sistema financiero internacional. Las propuestas emanadas procuran reorientar el rumbo de las estructuras que soportan al sistema partiendo de la democratización y la participación homogénea de los países que integran a la comunidad planetaria en la toma de decisiones que afectan al globo.

En ese sentido, la cumbre ministerial China-CELAC, se constituye, sin lugar a dudas, en una apuesta al multilateralismo, las relaciones de beneficio recíproco y la consolidación de una nueva arquitectura geopolítica que procura un mundo con relaciones menos desiguales entres los países, apostando por la homogeneización del desarrollo.

 

 

POR EDHOARDA ANDÚJAR

Trabajo especial para el Centro Dominicano de Estudios Sobre China (Cendoesch).

 





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