Las 226 personas fallecidas y las 184 heridas en el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set, en el Distrito Nacional, han de tener fuerza para hacer cambiar la visión en las políticas públicas sobre la seguridad ciudadana.
Ellas han de ser el punto de inflexión, para que más allá de la tragedia, sus muertes y sus heridas tengan algún sentido, aunque profundamente doloroso y desgarrador.
Debe quedar muy claro la necesidad de ser rigurosos con los protocolos que deben seguirse y cumplirse para proteger a las personas que usan lugares públicos y privados, incluyendo medios de transporte. Asimismo, la entidad responsable para dar seguimiento a los mismos.
Démosles fuerza a las víctimas en la tragedia.