El primer giro mortal de la cinta “Catarsis de una Viajera” nos deja sin aliento (literalmente).
Por Henry Zacarias
SANTO DOMINGO, República Dominicana, 3 de mayo 2025. — En un hospital cualquiera, entre tubos, pitidos y respiradores artificiales, se produjo la escena más escalofriante del año. Un hombre —quien hasta ahora todos creían que era el padre del joven Luigi— decidió desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida. ¿El detalle espeluznante? No consultó con nadie… mucho menos con la madre del chico.
“Yo me hago responsable”, dijo con un tono casi heroico, mientras el espíritu de Luigi —que todavía rondaba la sala— lo miraba con una mezcla de sorpresa, rabia y un déjà vu de todas las veces que su padrastro tomó decisiones por él.
Según la junta médica, el muchacho aún mantenía signos vitales “estables dentro de su gravedad”. Pero al parecer, para el padrastro anónimo, eso no era suficiente. “Ya se hizo todo lo humanamente posible”, afirmaron los doctores, aunque dejaron claro que la decisión no era de ellos. “Usted es su padre, bueno… eso creemos”, insinuaron entre líneas.
Y lo que nadie se esperaba: el tipo ni siquiera era su padre biológico. Sorpresa. Giro de guion. Puñalada emocional. Como si el drama no fuera suficiente, ahora queda el reto de comunicarle a la madre viajera —quien ha vivido más en aeropuertos que en su propia casa— que su único hijo fue “dejado ir en paz” sin que ella siquiera diera su opinión.
Luigi, mientras tanto, observa desde el más allá. Quizás esté más vivo que nunca, al menos en espíritu, listo para llevarnos por una historia de autodescubrimiento, errores caros y verdades incómodas… si es que logra volver.
Fuente: TVCrónicas
Coordinan por Grupo Crónicas: Evangelina de los Santos de la Rosa y Helen M Terrero V