El base dominicano del Real Madrid, Andrés Feliz (3d), lanza rodeado de jugadores del Unicaja durante el primer partido de la semifinal de la Liga Endesa que disputan hoy miércoles en el Movistar Arena de Madrid. EFE / Juanjo Martín.
MADRID.– El Real Madrid irrumpió con paso firme en las semifinales de la Liga Endesa que le miden al Unicaja de Málaga, logrando un triunfo incontestable que comenzó a fraguarse con un primer cuarto demoledor, en el que se encendió desde el triple hasta el punto de anotar nueve en diez minutos.
De un tiempo a esta parte ver a los dos equipos frente a frente en la pista garantiza espectáculo; casi todos sus partidos dejan poso. Así, en la 2023-2024, el conjunto blanco le ganó la Supercopa al andaluz, pero este acabó meses después a domicilio con un comienzo arrollador de 19 victorias seguidas de los de Chus Mateo.
Esta temporada los malacitanos se vengaron del bando madridista en la Supercopa y además le arrebataron la Copa del Rey. Pero en el último choque entre ambos el Real Madrid logró ganar como visitante un duelo en el que los de Ibón Navarro consiguieron el récord de triples, 23, en un partido de la Liga Endesa.
Difícil saber si los hoy locales -que tuvieron al argentino Facu Campazzo con 10 puntos y al dominicano Andrés Feliz con 11- asomaron con el firme objetivo de responder con firmeza al registro estratosférico del Unicaja en su último episodio. O si lo que se vivió en el primer cuarto fue fruto de las circunstancias. Pero lo que pasó en ese periodo asusta al miedo; todo un golpe de autoridad, un ‘aquí estoy yo’ de manual.
Los datos abruman. Veintisiete de los veintinueve puntos del anfitrión en ese tramo llegaron desde el perímetro. Intentaron quince, anotaron nueve. Cuatro los hizo el bosnio Dzanan Musa en cuatro intentos, uno detrás de otro. Y con ello recogió el testigo de Eli John Ndiaye y su dos de dos y de Mario Hezonja y su tres de seis. Una lluvia de granizo sobre el parqué, continuación de la que hubo en la calle minutos antes (29-14, m.10).
Cuando el Unicaja quiso ponerse a cubierto, ya era tarde. Calado hasta los huesos, logró calentarse un poco durante los primeros siete minutos del segundo acto. Pero ahí se secó su acierto, con sólo una canasta de Tyson Pérez hasta el descanso (terminó con cuatro puntos el partido). Un lujo que no perdonó Alberto Abalde, quien con siete puntos sumados a dos libres de Hezonja ayudó a los suyos a marcharse con veinte de ventaja al paso por vestuarios (51-31, m.20).
No había que irse muy atrás, al mes de noviembre de 2023: en aquel enfrentamiento en el que el Unicaja rompió la excelente racha inicial de temporada de su oponente, para verle remontar veintiún puntos en la capital de España. Pero la sensación era que, esta vez, una gesta como aquella parecía improbable.
Pese a ello no había licencia para bajar los brazos, sobre todo porque en playoffs hay más de un partido. Y dentro de cada partido, varios partidos más; numerosas batallas psicológicas que afrontar y que intentar ganar. Por eso los visitantes entraron en la segunda parte olvidándose de todo lo que había pasado en la primera.
Y eso les permitió volver a mirar de tú a tú a un Real Madrid que, hoy día, es indomable, que ha logrado el récord de victorias seguidas como local en la competición en la historia del club y que aspira al total de triunfos consecutivos en el torneo. Así, a la media hora, y pese a encajar en un momento dado un 7-0 adverso en el tercer cuarto, el Unicaja se quedó casi donde estaba diez minutos antes (75-53, m.30).
Fue el único instante en el que demostró de lo que es capaz, en el que reflejó que no ha llegado a estas instancias por casualidad y que le queda mucha vida todavía. A partir de ahí unos y otros se pusieron a pensar en el siguiente enfrentamiento, el viernes, dando protagonismo a su rotación y descanso a los titulares, una escaramuza sin consecuencias que se saldó con triunfo pírrico de los foráneos.
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