No hay dudas de que el gran desafío de la República Dominicana es la educación. Y lo es porque ahí descansa la solidez del presente y el futuro de los dominicanos.
Es así, porque el desarrollo de la tecnología nos ha globalizado en sentido general. Y esa realidad nos obliga a superar el nivel educativo de los dominicanos, quienes han tenido dos debilidades que han coincidido como para hacer más complicado ese déficit tan preocupante.
La estructura familiar se ha debilitado y ha ocurrido también en la escuela. Eso no es positivo y tenemos que superarlo para poder prepararnos para enfrentar el desafío.
Sin educación no es posible el desarrollo económico, político y social. Y por eso es el gran desafío.