sáb. Jun 14th, 2025

Por Santos Maximino Ramirez Uribe 

OPINIÓN: Las recientes declaraciones del Dr. Rafael González, exgerente del área de cirugía del Hospital Marcelino Vélez Santana, han generado un torbellino de reacciones. Sus afirmaciones, con un innegable matiz político, debieron ser respondidas con un nivel de competencia distinto por parte del director del Servicio Nacional de Salud (SNS), el Dr. Mario Lama. Independientemente de la veracidad de sus denuncias, la decisión de removerlo de su cargo no solo fue innecesaria, sino también contraproducente. González ha dedicado cerca de 20 años a mejorar el área quirúrgica de ese centro de salud, y su destitución representa una pérdida para el hospital y la comunidad.

El Colegio Médico Dominicano (CMD) debe entender que no todo se soluciona apelando directamente al presidente Luis Abinader, por muy cercanas que sean sus relaciones con el Ejecutivo. El mandatario tiene suficientes problemas nacionales que atender, y este desacuerdo debe resolverse dentro del SNS. No se entiende cómo el CMD firma acuerdos con funcionarios que luego parecen ignorar su autoridad. ¿Acaso su voz no es respetada dentro del propio sistema de salud?

El CMD no puede permitir que este cirujano sea degradado con la intención de forzarlo a renunciar. No sería González el mayor perjudicado, sino el hospital y la comunidad que ha servido durante dos décadas. La solución no es la indiferencia o las protestas a destiempo, sino una investigación seria de la denuncia y la exigencia de su reposición en la gerencia del área quirúrgica.

El presidente Abinader ha demostrado ser un demócrata y su estilo de gobierno no coincide con decisiones autoritarias como esta. Sin embargo, es lamentable que muchos de sus funcionarios no sigan su ejemplo. El Dr. Mario Lama pudo haber manejado esta situación con mayor criterio, respondiendo con datos concretos sobre el estado de la salud en cada provincia y convocando al Dr. González para trabajar juntos en la mejora del sistema. En cambio, optó por una salida apresurada y politizada, lo que genera dudas sobre sus verdaderos motivos.

En la República Dominicana hay excelentes cirujanos, pero pocos con la destreza y la experiencia de Rafael González. La decisión de removerlo no fue institucional, sino política. Nunca antes se había visto a Mario Lama actuar con tanto afán de poder, lo que sugiere que esta decisión pudo haber sido tomada desde la emoción y no desde la racionalidad. Su labor en la dirección del SNS ha sido reconocida, pero esto no lo exime de cometer errores. Y este, sin duda, ha sido uno de ellos.

Si el presidente Abinader lo mantiene en el cargo es porque reconoce su competencia, pero Lama debe reflexionar y corregir esta decisión. La reposición del Dr. González no solo repararía un error, sino que también evitaría convertirlo en una víctima innecesaria de la política interna del SNS.

El CMD tampoco puede limitarse a hacer llamadas y pronunciamientos vacíos. Debe sentarse con el SNS y lidiar estas diferencias de manera institucional, para que los intereses de la salud pública estén por encima de las pugnas personales o políticas.

@mariolama @waldoarielsuero

Fuente: Dra. Carmen Celia Bautista @https://www.facebook.com/carmen.bautista.7@santosmaximinoramiresuribe

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