sáb. Jun 14th, 2025


Este 11 de abril, día nacional del café en República Dominicana, la gente del café no tiene nada que celebrar y sí mucho que lamentar, de nuevo esta fecha encuentra a nuestra caficultura y sus gentes en medio de grandes dificultades que parecen no tener fin.

La caficultura dominicana está atravesando una crisis que se manifiesta en la disminución de la capacidad productiva y la pérdida de calidad del producto, lo que no ha permitido a nuestros caficultores aprovechar los altos precios internacionales del café, que ha alcanzado niveles sin precedentes.

Políticas equivocadas en el pasado y desidia e indolencia en el presente han sido las responsables de la debacle

El deterioro progresivo de la caficultura dominicana lleva décadas, en los años 80 y 90, 2.2 millones de tareas estaban dedicadas al cultivo del café, en la actualidad hay aproximadamente 1.6 millones de tareas empleadas en la producción de café.  La mayor pérdida de tareas ha ocurrido en los últimos años.

Todo ello provocado por la actitud negligente de los organismos responsables de establecer políticas y acciones tendentes a mejorar y desarrollar la producción nacional, algo no entendible ya que el café ha jugado un rol económico, social y ambiental de importancia.

En días pasados líderes de organizaciones de productores cafetalero, en visita al Palacio Nacional pidieron al presidente de la República, tomar acciones inmediatas a favor de la caficultura que permitan aprovechar los altos precios que experimenta del grano en el mercado nacional e internacional.

Los productores demandaron que el Gobierno que emprenda acciones concretas y urgentes que ayuden al sector cafetalero superar la situación en la que se encuentra.

Entre las acciones requeridas para aprovechar los buenos precios están: La asignación inmediata de recursos financieros, créditos accesibles y oportunos para los productores, que faciliten la inversión en fertilización, control de sombra, podas, control de plagas y la renovación de cultivos, factores clave para el mejorar el rendimiento del rublo.

Asimismo, demandan el fortalecimiento del Instituto Dominicano del Café (INDOCAFE) mediante un incremento de recursos y capacidades técnicas, permitiéndole así brindar un acompañamiento efectivo a los caficultores.

Además, consideran prioritario rehabilitar los caminos vecinales para mejorar la conectividad y logística del sector.

La producción cafetalera se ha visto severamente afectada por la caída de los precios externos, la sobrevaloración cambiaria y políticas arancelarias erróneas.

La drástica reducción de la producción de café no sólo ha mermado el ingreso de divisas a nuestra economía, sino que ha impactado negativamente nuestra balanza de pagos, dado que para suplir la demanda interna se tienen que importar cantidades que rondan el 70 % del café que consumimos, lo que equivale a una erogación de alrededor de 4 mil millones de pesos que van al exterior, aumentando el elevado déficit de nuestra balanza de pagos. Los altos precios en el mercado internacional aumentaran el déficit.

La insuficiencia de recursos impide que los pequeños productores manejen correctamente sus plantaciones.

Enfermedades y plagas (como la Broca y la Roya), han mermado plantaciones viejas con escaso manejo y limitado financiamiento.

Existe un diagnóstico detallado de la situación del café, se conocen que medidas y acciones son necesarias para la rehabilitación, desarrollo y expansión del cultivo. La gente del café, desde hace décadas espera que desde el Estado un respaldo a las comunidades productoras de café y con la ejecución un programa para su rescate.

Asociaciones de caficultores en todo el territorio nacional reclaman desde hace años, que se creen las condiciones para que las familias productoras sigan en las montañas y esto sólo puede lograrse mejorando la calidad de vida de estos, que pasa necesariamente por mejorar sus ingresos.

Es urgente que el gobierno atienda las demandas de corto plazo que le hacen los caficultores, y que concomitantemente se ejecute un programa que impulse la recuperación de la caficultura, para que el país vuelva a tener al café como una de sus columnas económicas.

Los objetivos que se deben alcanzar en el mediano plazo son. Aumento del área sembrada, mejoras en la productividad y en la calidad.

El café es un rubro que desempeña un papel relevante en República dominicana. Elemento esencial no solo en el ámbito económico, comercial y productivo sino también en lo ambiental, social y cultural.

La economía del café en República Dominicana tiene un alto potencial, este rubro se cultiva en 27 provincias.

La dinámica económica generada por el café, desde la siembra, el mantenimiento, la cosecha, hasta el producto final, tienes varias etapas. En estos procesos interactúan actores que se enlazan formando eslabones que constituyen la cadena de valor del café; cuyos componentes son el suministro de insumos, equipos y maquinarias, producción, intermediación, proceso industrial, comercialización y consumo.

Es necesario la sociedad y el liderazgo nacional, tomen conciencia de la gravedad de la situación y respalden los reclamos para que se atiendan esas necesidades y se inicie el renacimiento del café dominicano. El medio ambiente y más 50 mil familias dominicanas esperan un cambio para bien en la producción del café.

La caficultura dominicana precisa con urgencia un programa de rescate que enfrente la actual situación, impidiendo su agravamiento y propicie el repunte de un rubro básico para la vida social, económica y ambiental de República Dominicana.

¡Ojalá que el próximo año, el día del café se tengan motivos para celebrar los resultados positivos del necesario “Programa de rehabilitación del Café dominicano”, que debe iniciarse ya!

Por: Carlos Checo Estrella.





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