Hay sin dudas una corriente conservadora que va ganando terreno en el plano internacional. Tanto así, que las naciones más influyentes están siendo conducidas por seres moderados.
Algunos porque han ganado el poder levantando la consigna del conservadurismo y otros porque viniendo del llamado sector democrático se han mostrado prudentes en el accionar.
Tal vez hay que calificarlos fuera del esquema tradicional en que hemos encasillado a muchos líderes y dirigentes, pues casos como el de China y Rusia tendríamos que considerarlos
dentro de la corriente conservadora.
Y ni hablar de Estados Unidos, Italia, Alemania y Argentina, para sólo citar algunos casos. Los demócratas pasan por un mal momento.