CIENCIAS Y SALUD, (14 de abril 2025).-La hernia inguinal es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes en la práctica médica, especialmente en hombres adultos, aunque también puede presentarse en mujeres y niños. Se produce cuando una porción del contenido intraabdominal —como intestino, grasa preperitoneal o epiplón— protruye a través del canal inguinal, generando un abultamiento visible o palpable en la región de la ingle, que puede aumentar al toser, hacer esfuerzo o estar de pie durante mucho tiempo.
Clínicamente, puede manifestarse como una molestia leve, una sensación de peso o incluso dolor que se intensifica con la actividad física. En otros casos, el paciente puede notar un bulto indoloro que aparece y desaparece. Aunque en muchos casos no representa una urgencia inmediata, el riesgo de encarcelamiento o estrangulación del contenido herniario convierte a esta condición en un motivo de atención oportuna.
El diagnóstico suele ser clínico, pero en casos de duda, el ultrasonido o la tomografía pueden ser de gran utilidad. El tratamiento definitivo es quirúrgico, ya sea por vía abierta o laparoscópica, y debe individualizarse según la edad, el tipo de hernia y las comorbilidades del paciente.
Identificarla a tiempo es clave para evitar complicaciones. Si tú o alguien cercano nota un bulto en la región inguinal o presenta síntomas compatibles, es fundamental acudir al médico. No todo bulto es una hernia, pero toda hernia debe ser evaluada.
Fuente: Mi Cuenta Médica
Coordinan por Grupo Crónicas: Evangelina de los Santos de la Rosa y Helen M Terrero V