dom. Jul 13th, 2025

Por: Ma. Yanara Mesa, Psicóloga Clínica Escolar y Especialista en Neuropsicología

En tiempos en que la familia nuclear promedio está compuesta por dos o tres hijos, y la planificación familiar responde, en la mayoría de los casos, a limitaciones económicas o de tiempo, la dinámica de una familia con más de cinco hijos puede parecer, para muchos, una rareza. Esto explica, en parte, por qué el internet se llena de memes, bromas y comentarios jocosos cada vez que Amelia Vega —ex Miss Universo y modelo— y el astro de la NBA, Al Horford, anuncian un nuevo embarazo. Sin embargo, más allá del humor que estos eventos puedan generar, lo que verdaderamente merece análisis desde el punto de vista psicológico, es el reto extraordinario y profundamente humano de criar con calidad emocional, equilibrio y responsabilidad a una familia numerosa en el siglo XXI.

🧬 Variables psicoafectivas claves en familias con muchos hijos

Desde mi experiencia profesional, cuando una familia alcanza esta dimensión, comienzan a activarse una serie de variables emocionales, cognitivas y sociales que exigen una alta inversión de tiempo, atención y herramientas de crianza emocionalmente inteligentes. Entre ellas, destaco algunas de las más presentes y complejas:

  • Fraternidad vs. Rivalidad: la conexión entre hermanos puede ser fuente de apoyo y crecimiento, pero también puede detonar conflictos internos que, de no ser bien gestionados, dejan huellas emocionales.
  • Competitividad vs. Equidad: cuando los niños perciben desigualdad en el trato o las oportunidades, se intensifican los celos, las comparaciones y la búsqueda de aprobación.
  • Individualización y alianzas internas: es natural que se formen subgrupos dentro de la fratría, basados en orden de nacimiento, similitud de carácter o afinidades particulares. Este fenómeno requiere especial atención para evitar exclusiones, etiquetas familiares o alianzas que debiliten la cohesión grupal.

🛠️ Requisitos emocionales y psicoeducativos de una familia numerosa

Si bien la economía es un facilitador, el verdadero desafío se concentra en la agenda afectiva. Amelia y Al deben —como padres de una familia numerosa— dedicar una inversión emocional consciente y sostenida en aspectos fundamentales como:

  • 🔹 Construcción de vínculos psicoafectivos sólidos entre cada uno de los hermanos, así como entre padres e hijos.
  • 🔹 Fomento de una autoestima saludable que valore las diferencias y potencie la singularidad de cada hijo.
  • 🔹 Desarrollo de una afectividad familiar activa, reforzando el sentido de pertenencia en cada miembro.
  • 🔹 Gestión adecuada de las comparaciones, celos y desacuerdos, con justicia emocional, sin favoritismos.
  • 🔹 Tiempo afectivo-individual, un derecho del niño que exige disponibilidad emocional plena, no solo presencia física.
  • 🔹 Educación emocional proactiva para ayudarles a nombrar, comprender y gestionar sus emociones desde edades tempranas.

🌟 ¿Qué tienen a su favor?

Lo que diferencia a esta familia del promedio no es solo su tamaño ni su visibilidad pública, sino los elementos protectores que se activan a su favor:

  • ✔️ Estabilidad económica y acceso a recursos de apoyo, lo que permite enfrentar los desafíos logísticos sin precariedad.
  • ✔️ Modelo parental ejemplar, basado en figuras altamente funcionales, con fuerte visibilidad social y experiencia en la gestión de la presión y la disciplina.
  • ✔️ Salud mental y física óptima, clave para sostener el ritmo diario que implica el cuidado de múltiples niños.
  • ✔️ Transmisión directa de habilidades sociales, intelectuales y resiliencia emocional, tanto por genética como por modelado conductual.

👨‍👩‍👧‍👦 Un modelo de familia del siglo XXI

En conclusión, más allá de los memes, lo que observamos en la familia Horford-Vega es un fenómeno interesante: una familia extensa, estructurada, moderna y consciente del papel que desempeña tanto en el espacio íntimo como en el escenario público. Criar más de cinco hijos hoy en día es, más que una hazaña biológica, un acto de profunda responsabilidad emocional y madurez psicosocial, que requiere acompañamiento profesional, reflexión constante y autocrítica como parte activa de la crianza.

Desde el punto de vista clínico, esta pareja representa un modelo de referencia en cómo vivir la parentalidad de manera activa, afectiva y estructurada, y aunque los memes puedan seguir llegando, quizás sea hora de comenzar a mirar este ejemplo con ojos menos frívolos y más admirativos.


📍Publicado por Grupo Crónicas – Psicología, Sociedad y Cultura

Fuente: Yanara Mesa

Meme: Cristian Caricatura

Coordinan por Grupo Crónicas: Evangelina de los Santos de la Rosa y Helen M Terrero V

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